El deterioro de la economía por el aumento de las tensiones entre las grandes potencias, como China y Estados Unidos, plantea la amenaza “más urgente” para el bienestar mundial este año, concluye el informe de Riesgos Globales 2019 difundido este miércoles por el Fondo Económico Mundial (FEM).
En una presentación en Londres, el FEM, que realiza anualmente encuestas entre un millar de expertos, advirtió además de que “la mayor tendencia al nacionalismo” en política “está debilitando la respuesta colectiva a los desafíos globales”.
“En un contexto en que el comercio global y el crecimiento económico están en riesgo, es muy importante renovar la arquitectura de la cooperación internacional”, dijo el presidente del Foro, Borge Brende, que expondrá el informe en la próxima cita anual de este organismo en el enclave suizo de Davos.
Brende subrayó que es clave promover una “acción coordinada para sostener el crecimiento y combatir las graves amenazas” que afronta el mundo, que incluyen, según el estudio, el cambio climático, los ataques cibernéticos, el empeoramiento del nivel de vida de los ciudadanos y los peligros de los patógenos biológicos.
El FEM avisa de que “la profundización de las fisuras” que se han producido en el sistema de cooperación internacional, con una falta de consenso en organizaciones multilaterales como la ONU, “sugiere que pueden estar apareciendo riesgos sistémicos”.
“Si se produjera otra crisis (económica) global, ¿se dispondría de los niveles necesarios de cooperación y apoyo?”, se preguntan los autores del documento dado a conocer hoy.
“La tensión entre la globalización de la economía mundial y el creciente nacionalismo de la política a nivel internacional es un riesgo cada vez mayor”, señalan.
En el terreno económico, preocupa la desaceleración de la economía china, con un crecimiento del 6.6% en 2018 a un 5.8% previsto en 2022, así como la carga de deuda global, en torno al 225% del producto interior bruto (PIB).
Según el informe, continuarán dominando en 2019 los riesgos relacionados con el medioambiente, y preocupan no solo los efectos del cambio climático en varios ámbitos sino también “el fracaso de los Gobiernos en aplicar medidas que los mitiguen”.
Los expertos urgen a afrontar la “rápida pérdida de biodiversidad”, de un 60% desde 1970, y advierten de que el impacto del clima, más el aumento de la población en las ciudades, hacen que “cada vez más personas sean vulnerables al aumento del nivel del mar” en poblaciones costeras.
La directora de Riesgos de Zurich Insurance Group, Alison Martin, apuntó que “para responder eficazmente al cambio climático, se requiere un aumento significativo de la infraestructura para adaptarse al nuevo entorno”.
Asimismo, los países deben incrementar las medidas para pasar a una economía “con bajas emisiones de carbono”, añadió.
El Foro Económico Mundial prevé que, en 2040, haya un déficit de inversión en infraestructura global de 18,000 millones de dólares, frente a las necesidades previstas de unos 97,000 millones de dólares.
El presidente de Global Risk y Digital Marsh, John Drizk, dijo que la falta de financiación en infraestructuras críticas dificulta el progreso económico, lo que expone a los países no solo al efecto del clima sino también “a los ciberataques”.
Aumentar la inversión, “en parte a través de nuevos incentivos para las asociaciones público-privadas”, es vital “para construir y fortalecer las bases físicas y las redes digitales que permitirán a las sociedades crecer y prosperar”, declaró.
Los expertos alertan también de que los cambios en nuestra forma de vida aumentan el riesgo ligado a los “patógenos biológicos” -por ejemplo, que “se produzca un brote devastador de forma natural”-, y advierten de que “el mundo no está preparado ni para las más modestas de estas amenazas”.
El informe constata que los riesgos del entorno tienen un efecto directo “en los seres humanos”, para quienes “éste es un mundo cada vez más ansioso, solitario e infeliz”.
Con unos 700 millones de personas con problemas de salud mental en el mundo, el deterioro del bienestar psicológico y emocional es en sí mismo un riesgo, en especial para la política y la cohesión social, señalan.