El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó este lunes la imposición de aranceles del 10% por valor de 200,000 millones de dólares a productos chinos a partir del próximo 24 de septiembre.
En un comunicado difundido por la Casa Blanca, el mandatario agregó que esos gravámenes aumentarán al 25% a partir del 1 de enero.
Estos 200,000 millones de dólares en aranceles son el segundo paquete de gravámenes impuesto por Trump contra el gigante asiático después de un primero de 50,000 millones que entró en vigor en junio y al que China respondió con idéntica medida.
Hoy, Trump amenazó con nuevos aranceles en caso de que Pekín adopte pasos similares.
“Si China toma represalias contra nuestros agricultores u otras industrias, inmediatamente iniciaremos la tercera fase, que consiste en aranceles de aproximadamente 267,000 millones en importaciones adicionales”, dijo Trump en el comunicado.
La aprobación de nuevos aranceles llega días antes de que EE.UU. y China inicien un nuevo ciclo de negociaciones comerciales que tendrá lugar el 27 y 28 de septiembre en Washington, según desveló este fin de semana el diario The Wall Street Journal.
Las dos mayores economías del mundo están inmersas desde hace meses en una guerra comercial por los aranceles que EE.UU. está imponiendo a las importaciones chinas.
Trump considera que el déficit comercial de Washington respecto a Pekín, que cifra en 376,000 millones de dólares anuales, es inaceptable y tiene que equilibrarse.
“Con suerte, este problema comercial se resolverá, en último término, por mí y el presidente chino, Xi Jinping, hacia quien tengo un gran respeto y afecto”, afirmó Trump en su comunicado de hoy.
En julio, Washington publicó un listado de más de 200 folios en el que detalla los productos afectados por el paquete de aranceles aprobado hoy, entre los que figuran reactores nucleares, señales de tráfico o componentes para trenes.
Semanas de consultas públicas concluyeron sin embargo con ciertas exenciones, algunas de ellas en beneficio del gigante tecnológico Apple, que compra a empresas chinas algunos de los componentes de sus aparatos electrónicos.