¿Cuál es el común denominador entre Google, Facebook, Gmail, WhatsApp, Google Maps, Bing, Yahoo, Spotify, Instagram, Twitter, YouTube, Snapchat, E-Bay y Messenger? Todos son servicios ofrecidos a través de internet, y todos son gratis. “Quienes tenemos acceso a un dispositivo con internet, estamos desde que despertamos, de una forma u otra, en constante uso de esas plataformas”, así lo indagó el economista Nassim José Alemany.
“Digo que son gratis en el sentido de que el usuario no tiene que hacer un pago para utilizarlos, ya que está “pagando” indirectamente con el acceso a sus datos y patrones de uso personales que luego estas compañías venden a terceros. Técnicamente el usuario no es el cliente, sino el producto”, expresó en su artículo “¿Cuánto vale algo gratis?”.
“Ahora bien, ¿qué tanto valen para los usuarios esos servicios digitales?”, argumenta. “Esa fue la pregunta que trataron de responder los investigadores Erik Brynjolfsson, Felix Eggers y Avinash Gannamaneni, donde encontraron que esos servicios digitales han mejorado significativamente el bienestar de las personas, pero no necesariamente están siendo contabilizados en las mediciones tradicionales del producto interno bruto (PIB) y los indicadores de productividad”, indicó.
Según sus resultados, basados en encuestas en línea con más de 60 mil respuestas, el servicio más valorado por las personas son los buscadores en línea (como Google), ya que “el pago promedio que exigiría una persona para prescindir de ese servicio por un año es de casi $18,000 dólares”.
La segunda categoría más valorada fueron los servicios de email (como Gmail, Yahoo, Outlook, etc.) con “un monto exigido de US$8,400 para dejarlos por un año. En tercer lugar, se ubicaron los mapas digitales (Google Maps, Waze, etc.) con US$3,648”, señaló.
El resto de las categorías y los valores asignados pueden verse en el gráfico, donde se aprecia que, según los usuarios encuestados, los servicios de mensajería instantánea, los de música en línea y las redes sociales son los que menos valoran.
Los investigadores argumentan que esa disparidad de valor entre los tres primeros y el resto se puede atribuir a la poca competencia que tienen esas compañías que ofrecen los servicios más valorados, y también porque son los que más se utilizan para el trabajo, por lo que los usuarios exigen una mayor compensación para prescindir de ellos.
Estos números son promedios para una muestra muy amplia de usuarios, por lo que cada caso particular puede variar significativamente. Por ejemplo, una persona cuyo trabajo esté basado en las redes sociales probablemente le asigne un valor muy superior a otra que solamente usa ese servicio como recreación.
“Lo que este estudio revela es la importancia que representan estos servicios para los usuarios, y lo valioso que aparentan ser para cada uno de nosotros. Imagínese que a partir de mañana no puede buscar nada en Google, no puede programar una ruta en Waze, o no puede enviar ni recibir un email. ¿Cómo le afectaría eso en su vida y su trabajo? Ahí tiene el valor”, concluye Alemany.