Hay que decirlo tal cual lo sustentan las estadísticas relativas al sector externo: las remesas familiares, es decir, el dinero que envían los dominicanos residentes en el exterior, superan por tercer año consecutivo el valor de las exportaciones nacionales. Por cada dólar exportado en 2017 la diáspora envió US$1.34.
En 2017 las exportaciones nacionales totalizaron US$4,426 millones, un crecimiento absoluto de US$90.3 millones, es decir, un 2.1%, mientras que las remesas cerraron el año pasado en US$5,911.8 millones. Su crecimiento neto fue de US$651 millones, para un 12.4%. Estos datos también dejan claro que el aumento relativo de las exportaciones apenas representó el 13.9% del incremento de las remesas en comparación con el año anterior.
En 2016 las exportaciones nacionales cerraron en US$4,335.7 millones, mientras que las remesas familiares fueron de US$5,260.8 millones. En este año los dominicanos residentes en el exterior enviaron US$1.21 por cada dólar exportado. En este período el crecimiento de ambas actividades fue similar, de aproximadamente US$300 millones en comparación con 2015.
Al comparar lo que sucedió en 2015, los datos son explícitos. Es el primer año en que las remesas superan las exportaciones nacionales, pues por cada dólar exportado, los dominicanos residentes en el exterior enviaron US$1.23, incluso, dos centavos más que el siguiente año.
Estas estadísticas se presentan en un contexto en que el Gobierno ha declarado el 2018 como el Año Nacional de Fomento de las Exportaciones. Lo hizo a través del decreto 437-17 con el objetivo de promover una cultura exportadora.
“Las exportaciones constituyen uno de los principales pilares del desarrollo económico, siendo estas una fuente importante de divisas y una de las principales actividades generadoras de empleos”, justifica.
Según el Decreto, constituye una prioridad para el Gobierno fomentar políticas orientadas a identificar y promocionar sectores estratégicos, líneas de productos y nuevos mercados para incrementar las exportaciones y captar inversión extranjera. Destaca que prioriza, además, las inversiones y el turismo a través de la apertura de nuevos mercados, la diversificación de la oferta exportable y la internacionalización de las pequeñas y medianas empresas con vocación exportadora.
De acuerdo con los indicadores del sector externo, las exportaciones nacionales se mantienen relativamente estancadas. Así ha sido durante los últimos seis años, cuya participación en las exportaciones totales ronda entre el 42% y 47%. El año pasado, por ejemplo, representaron el 43.7% de los US$10,120.7 millones exportados, donde las zonas francas exportaron US$5,694.7 millones, un aumento neto de US$190.8 millones (3.5%) respecto a los US$5,503.9 millones de 2016.
Sin embargo, el Banco Central destaca que el déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos (enero-diciembre 2017) se redujo por sexto año consecutivo, situándose en US$165.1 millones, equivalente al 0.2% del producto interno bruto (PIB). Este resultado, indica, está por debajo del promedio histórico y el menor en los últimos 13 años. Admite que el cierre menos desfavorable estuvo influenciado, principalmente, por los ingresos extraordinarios en las remesas familiares y el auge sostenido de los recursos procedentes del turismo.
Políticas claras
Para el presidente de la Asociación de Industrias (AIRD), Campos de Moya, una verdadera política comercial no es aquella que sólo se enfoca en visualizar oportunidades de acceso a mercados externos, sino también, y sobre todo, a defender la producción local y el mercado.
“Es positivo crear una política enfocada hacia las exportaciones y ¡qué bueno que el Gobierno declaró este año el ‘Año del Fomento a las Exportaciones’! sin embargo, no ganamos nada si duplicamos las exportaciones, pero importamos 20 veces lo que exportamos. Lo que producimos aquí produce empleos aquí, genera impuestos aquí, mueve la economía de aquí y ahorra divisas a nuestro país”, afirmó el dirigente empresarial durante la celebración del 56 aniversario de fundación del gremio que dirige, en el que también se entregó el premio de periodismo George Arzeno Brugal a Grissell Medina, de elDinero.
En términos llanos, destacó, la política comercial no es más que una lucha por disminuir los déficits comerciales. Lamentó que en las últimas décadas el país no haya contado con políticas claras destinadas a fortalecer las exportaciones, sobre todo en la etapa de apertura comercial y de firma de tratados de libre comercio, lo que se evidencia en el bajo nivel de financiamiento destinado al sector industrial.