La resiliencia al clima por medio de la inversión ecológica (o inversión “verde”), el impacto de la reducción del riesgo y la promoción de un crecimiento económico sostenible centraron la atención en la Quinta Reunión de la Mesa Redonda sobre el Desarrollo del Caribe (CDR, por sus siglas en inglés). Estos temas fundamentales fueron abordados por encargados de la toma de decisiones, altos funcionarios y ministros durante el día de hoy, 26 de abril de 2018, en Gros Islet (Santa Lucía), en el transcurso de una fructífera jornada de debates.
La reunión de la CDR, convocada por la sede subregional de la CEPAL para el Caribe y albergada por el Gobierno de Santa Lucía, fue inaugurada oficialmente por Raúl García-Buchaca, Secretario Ejecutivo Adjunto para Administración y Análisis de Programas de la CEPAL, y Allen Michael Chastanet, Primer Ministro y Ministro de Finanzas, Crecimiento Económico, Creación de Empleo, Relaciones Exteriores y Servicio Público de Santa Lucía.
En su discurso inaugural, Chastanet destacó el momento oportuno en que se celebraba la reunión y puso de relieve la importancia de los temas que se iban a examinar, subrayando que “diez de los países de ingresos medios más endeudados el mundo se encuentran en el Caribe”.
Haciéndose eco de los sentimientos expresados por Chastanet, García-Buchaca resaltó que la carga de la deuda es uno de los principales desafíos que enfrenta la subregión. “En muchos de los países del Caribe la deuda se encuentra en la actualidad por encima de los parámetros sostenibles”, señaló. En este contexto, García-Buchaca describió las principales diferencias entre las medidas correctivas tomadas en el pasado —que no habían logrado los resultados deseados— y el enfoque de la CEPAL para la reducción de la deuda, en particular con respecto a la incorporación de un componente de fomento de la resiliencia, así como a la necesidad de que los Estados miembros que optaran por participar en el canje de deuda por adaptación al cambio climático que se proponía emprendieran reformas estructurales. Asimismo, García-Buchaca explicó que la CEPAL ya ha creado un grupo de trabajo en el que participan diversas organizaciones para llevar adelante la propuesta. Este grupo de trabajo, compuesto por representantes de Antigua y Barbuda, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas, ya se ha reunido en dos ocasiones, en noviembre de 2017 y febrero de 2018.
Sin embargo, mientras sigue lidiando con la gran crisis de la deuda, el Caribe debe hacer frente a una nueva amenaza económica y financiera. Comúnmente conocido como “reducción del riesgo” (de-risking), este nuevo desafío consiste en la pérdida de servicios de corresponsalía bancaria y relaciones de corresponsalía bancaria. El Primer Ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, destacó los desafíos intrínsecos que supone la reducción del riesgo para las economías del Caribe. Browne opinó que “el mecanismo más eficaz para luchar contra el blanqueo de dinero y el financiamiento del terrorismo no es la reducción del riesgo, sino la plena cooperación de todos los Estados a nivel mundial”.
El Coordinador de la Unidad de Desarrollo Económico de la oficina de la CEPAL en Puerto España, Sheldon McLean, reconoció la necesidad de adoptar medidas urgentes y presentó las principales recomendaciones a corto y largo plazo formuladas por la CEPAL en su último estudio sobre los desafíos de la reducción del riesgo. “Una disrupción en las relaciones de corresponsalía bancaria provocaría una crisis financiera que podría desestabilizar a las economías afectadas”, afirmó McLean.
A través de las presentaciones y el diálogo entre los encargados de formular políticas, representantes del sector académico y el sector privado y otras partes interesadas, también se examinaron en la reunión de la CDR otros asuntos importantes que enfrenta la subregión, como las oportunidades de financiar inversiones ecológicas (verdes) para el fomento de la resiliencia y la transformación estructural, o la necesidad de promover la responsabilidad fiscal y la gestión financiera mediante exámenes del gasto público.
Las reuniones de la CDR, que se celebran cada dos años, ofrecen un espacio para el intercambio intelectual y de sugerencias, con el objetivo de hallar soluciones viables para hacer frente a las vulnerabilidades de los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) del Caribe.