La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, reiteró los riesgos globales de una guerra comercial por “la erosión de la confianza general” en un momento de crecientes “nubes”, a la vez que instó a EE.UU. a “reducir su déficit y rebajar su deuda”.
“Cuando los inversores no saben bajo qué condiciones van a invertir, son reacios a hacerlo. Una guerra comercial erosionaría esta confianza”, apuntó Lagarde en la rueda de prensa al arranque formal de la asamblea de primavera del FMI y el Banco Mundial (BM).
Las tensiones entre EE.UU. y China, tras el anuncio del presidente Donald Trump de aplicar medidas proteccionistas como la imposición de aranceles a importaciones y las posteriores represalias anunciadas por Pekín, han hecho sonar las alarmas de guerra comercial.
“No sería algo que afectaría a dos países porque el mundo está tan interconectado que impactaría a la economía global”, recalcó Lagarde.
Por ahora, sin embargo, la jefa de la institución financiera internacional aseguró que las tensiones y amenazas surgidas entre ambas economías no han tenido un impacto “sustancial” en términos del producto interior bruto (PIB) global.
“El impulso tras la expansión global cíclica sigue siendo fuerte. Pero escalar los conflictos comerciales y la volatilidad de los mercados financieros eleva los riesgos a la baja más allá de los próximos trimestres”, dijo la exministra francesa.
En su actualización de perspectivas de esta semana, el FMI mantuvo sin cambios las previsiones de crecimiento mundial en el 3.9% para 2018 y 2019, aunque su economista jefe, Maurice Obstfeld, alertó de que las disputas comerciales amenazan con hacerlo descarrilar “de manera prematura”.
Lagarde destacó que pese a estas previsiones optimistas, lo cierto es que ahora hay más “nubes” en el horizonte que en octubre de 2017, fecha de la anterior reunión del Fondo y el BM.
Entre ellas, destacó la abultada deuda global que se encuentra en “máximos históricos”, y que es ya el 225% del producto interior bruto (PIB) mundial.
En concreto, Lagarde señaló a EE.UU., la primera economía mundial, cuya abultada deuda se pronostica que puede alcanzar el billón de dólares para 2020.
“Para poder encarar los costes de seguridad social, EE.UU. debería tomar ventaja del actual repunte, y debería reducir su déficit y mover su deuda a la baja, no al alza”, aseguró al comentar al estímulo fiscal lanzado por el gobierno del presidente Donald Trump y aprobado por el Congreso en diciembre.
El organismo elevó la estimación del crecimiento para EE.UU. en 2018 al 2.9% y al 2.7% en 2019, pero advirtió que se disparará el saldo negativo de las cuentas públicas en los próximos años sin medidas adicional.
No obstante, valoró positivamente la reducción de las tasas impositivas en EE.UU. para a las empresas dentro de la reforma fiscal, para incentivar la actividad económica, ya que las sitúa cerca de la media de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y “simplifica” el sistema.
La reunión de primavera del FMI, que comenzó el lunes y se prolonga hasta el domingo, congrega en Washington a los principales líderes económicos mundiales de sus 189 países miembros para analizar los retos globales.
Este viernes está prevista una nueva reunión del G20, grupo que engloba a las principales economías avanzadas y en desarrollo, y que este año está presidido por Argentina, cuyo ministro de Hacienda Pública, Luis Caputo, ofrecerá una rueda de prensa.