China decidió este miércoles imponer aranceles del 25% a una nueva selección de productos importados de Estados Unidos por valor de 16,000 millones de dólares, después de revisar la segunda parte de la lista de productos sujetos a gravámenes.
Esta nueva tanda de aranceles entrará en vigor a las 12:01 (04:01 GMT) del próximo 23 de agosto, según explicó la Comisión de Aduanas del país, y se sumará a los ya aplicados a productos por valor de 34,000 millones.
Para actualizar esa lista, La Comisión de Aduanas ha contado con el asesoramiento de los departamentos gubernamentales pertinentes, asociaciones industriales y empresas, con el objetivo de “proteger los intereses de las compañías y consumidores domésticos”, según recogió la agencia Xinhua.
El pasado junio las autoridades del país divulgaron una lista de productos procedentes de EEUU por un valor total de 50.000 millones de dólares a los que se les impondrían gravámenes en caso de que el presidente estadounidense, Donald Trump, decidiera aplicar tarifas por ese mismo valor a productos chinos importados.
Tras la decisión de Trump de aplicar gravámenes por 34,000 millones de dólares a productos importados de China -principalmente tecnológicos-, Pekín respondió con una primera oleada de tarifas a bienes estadounidenses por el mismo valor, sobre todo agrícolas y, en concreto, soja.
Esta reacción llevó a Trump a ordenar la imposición de nuevos aranceles del 10% a productos importados de China por valor de 200,000 millones de dólares, en represalia a la respuesta de Pekín, una medida que llevó al ministerio chino de Comercio a presentar una denuncia formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
No obstante, la tensión siguió escalando y Trump amenazó con aumentar del 10 al 25% los aranceles ya aplicados y con imponer nuevos impuestos a más productos procedentes de China por valor de 500.000 millones de dólares, en la que sería la tercera batería de gravámenes al país asiático en lo que va de año.
Pekín no había respondido por el momento a estas amenazas y había mantenido la tesis pacífica de que “las amenazas de EEUU no funcionarán”, pero sorprendió con el anuncio de nuevas tarifas.