Por Félix Santana García
felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com
Hoy más que nunca los administradores financieros y las empresas que estos gestionan enfrentan grandes turbulencias comerciales, económicas y financieras que les obliga a dedicar más tiempo del que regularmente aplican a sus actividades cotidianas, inherentes a las instituciones donde se desempeñan.
Los profesionales de la economía y finanzas que hoy viven de espaldas a los acontecimientos nacionales e internacionales de mayor palpitar con mucha facilidad llevan a sus instituciones a situaciones no deseadas o simplemente a la ruina total.
La guerra comercial que ha desatado la administración de Donald Trump contra la China continental con su trasnochada política económica proteccionista al aumentar los aranceles a varios productos que los Estados Unidos de Norteamérica importa del señalado país asiático y la respuesta en el mismo sentido que este último comienza aplicar, llevan al mundo a una zona de mucha turbulencia lo cual propicia gran inestabilidad económica y financiera.
En el mismo orden, su estrategia de excluir a los EE.UU. de los tratados comerciales con los países del pacífico, Canadá y México con el propósito de alcanzar mayores ventajas en las negociaciones también ponen en vilo a los demás países del mundo.
A esta gran envestida comercial que busca mantener a EE.UU. a la vanguardia económica global se suman conflictos bélicos que pueden poner en una situación muy difícil la estabilidad mundial.
El desplome de los mercados bursátiles a principios de febrero de este año, no solo quedó en uno de los descensos más pronunciados de los últimos años y en el aumento desmedido de la volatilidad, sino que también reveló las vulnerabilidades en las formas de medir el riesgo y su posible manipulación.
El declive en el mes de marzo del petróleo se desaceleró luego de que los precios cayeron a un mínimo de casi tres semanas debido a que los inversionistas continuaron evaluando el impacto potencial de un conflicto comercial en aumento entre los Estados Unidos y China.
Donald Trump espera que la China sea la primera en ceder cuando las economías más grandes del mundo se tambaleen al borde de una guerra comercial, más aún que el señor Trump ordenara una revisión de los aranceles sobre otros US$150 mil millones de los bienes chinos.
En lo que eso sucede la China estudia devaluar su moneda Yuan ante la disputa comercial que ha sacudido los mercados financieros mundiales al extremo de que S & P 500 Index cayó un 9% desde el pico de enero de este año, mientras que el índice compuesto de Shanghái perdió un 12% por la preocupación de que la disputa estadounidense-China pueda derivar en una guerra comercial de grandes proporciones.
Como nuevo ingrediente que caldea más la situación mundial es el ataque de EE.UU., Francia y Reino Unido contra Siria, envestida que se espera afecte sensiblemente nueva vez los mercados financieros, pues desde ya el crudo ha aumentado de precio y los instrumentos financieros de renta variable se han visto penalizados. La gran disyuntiva imperante hoy es ¿cuál será el comportamiento de los inversores ante tanta turbulencia?
El petróleo alcanzó su nivel más alto desde noviembre de 2014 con el Brent superando los 73 dólares por barril. Conforme analistas El mercado del crudo reaccionaba así ante la posibilidad de que un mayor ataque a Siria elevase la tensión con Rusia y, fundamentalmente, Irán.
El final del bloqueo al régimen de Teherán hundió el precio del crudo ante la previsión de que inundase el mundo de crudo iraní. Y que Washington volviese a cerrar ese grifo reduciría drásticamente la oferta del oro negro, ante una demanda al alza. El oro, por su parte, marcó máximos de enero, por encima de los 1,350 dólares por onza.
La cuestión para el mercado del crudo está también en las sanciones impuestas por EE UU esta semana sobre algunos oligarcas rusos por los ciberataques. Algo que hundió esta semana a la Bolsa de Moscú. También planea sobre el país unas posibles sanciones a la deuda rusa recién emitida, que emergería como un riesgo financiero a nivel global.
Unas sanciones muy estrictas sobre la deuda pública Rusia se volverían también en contra del mercado del petróleo, según señalan entendidos en la materia.
Una vez que Trump ha cumplido sus amenazas sobre Siria, pero con el cierre ligeramente optimista del viernes (donde los buenos resultados de la banca estadounidense dio cierta cancha a la renta variable), los inversores contienen el aliento ante la apertura de este lunes 16 de abril.
Y tratan de vislumbrar si el efecto del bombardeo ya ha sido descontado por el mercado o si lo vivido la semana pasada puede trasladarse a la semana que recién entra.
El miedo de trasfondo está en que la Bolsa empieza a ver señales de recalentamiento en la marcha económica de EE UU, pero eso de momento no se ha reflejado en las primeras cuentas trimestrales difundidas por los bancos estadounidenses, que han sorprendido (para bien) al mercado,(Álvaro Bayón, El País de España, 2018).
Si bien es cierto como afirman algunos analistas de que los ataque a Siria no afectarían profundamente las bolsas pero no menos cierto es que se puede decir que la situación es impredecible pues cualquier demonio se puede desatar.
Mientras todo lo anterior acontece en el mundo, la nación dominicana debe continuar preparándose pues se prevé que el precio del crudo seguirá aumentando pues ya sobrepasa el precio utilizado de esta materia prima para elaborar el Presupuesto General del Estado, 2018.
Lo mismo sucedería con el comportamiento económico de la gran nación norteamericana si sus empresas restringieran sus actividades operacionales afectando de nuevo el empleo, la oferta y por ende sus utilidades debido a una baja de sus ventas debido al aumento de los aranceles de sus exportaciones y el pago de dividendos a raíz de la caída de sus ganancias operacionales y de capital.
Lo anterior podría afectar la economía dominicana que se sustenta en endeudamiento continuo el cual incrementaría su costo de capital o disminuiría su flujo en caso de que la conflagración se extienda a otros países.
Realmente la situación es delicada y amerita que se dé seguimiento de manera especial al entorno internacional pués mientras en el lar nativo se habla de que la economía crece, que las recaudaciones posiblemente aumenten más que las del año pasado pero la deuda pública consolidada alcanza ya el 48.9% del Producto Interno Bruto (PIB) y los tipos de cambio respecto al dólar tienden ya ha colocarse sobre RD$50.00 por US$1.00 por encima a lo presupuestado.
Si bien es cierto que aún el país no se encuentra en la situación de aumentar sus tasas de interés ya que la inflación se mantiene dentro del rango planificado pero de seguir subiendo los tipos del dólar y si aumentan los intereses en los Estados Unidos las autoridades monetarias dominicanas tendrían que aumentar la tasa de política monetaria la cual sirve de referencia para aumentar o disminuir las otras tasas de interés.
La aversión al riesgo financiero aumenta y por ende aumenta el riesgo operacional y total, por lo que es lógico que se continúe el monitoreo más estricto de la situación internacional. Es preferible ser precavido y no desprevenido. Se viven tiempos muy difíciles.