Países de la cuenca del Pacífico, junto con Japón, Canadá, México y Chile, están listos para firmar el pacto integral
Japón, Canadá y otras nueve economías de la cuenca del Pacífico han emitido una reprimenda a Donald Trump, declarando que han resuelto sus diferencias y que seguirían adelante con un nuevo acuerdo comercial expansivo en el primer aniversario de la retirada de EE.UU. del acuerdo.
El Sr. Trump se retiró del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) negociado por el gobierno de Obama en uno de sus primeros actos oficiales cuando asumió el cargo hace un año, una medida que los críticos han calificado como un regalo estratégico para China.
Pero en una señal de que el resto del mundo está listo para avanzar sin EE.UU., los 11 países restantes anunciaron el martes que seguirán adelante y firmarán el acuerdo en Chile el 8 de marzo, después de superar las objeciones de último momento de Canadá.
Irónicamente, el anuncio se reveló el mismo día en que Trump firmó las leyes que establecen nuevos aranceles de importación sobre células solares y lavadoras, su primera movida importante para erigir barreras comerciales.
“La participación de los 11 países marca el inicio de una nueva era para nuestro país y para el futuro de la región de Asia y el Pacífico”, dijo Toshimitsu Motegi, ministro de Economía de Japón, el martes, después de los discursos de los principales negociadores del pacto en Tokio.
Dijo que el acuerdo enviaría una señal a “regiones del mundo” donde “puede haber un movimiento hacia el conservadurismo”. Pero también dejó la puerta abierta para que EE.UU. se pueda unir a ellos algún día. “Le explicaremos nuevamente a EE.UU. la importancia del pacto y yo espero que vuelva”, dijo el Sr. Motegi.
El Sr. Trump ha dicho que preferiría negociar acuerdos bilaterales con miembros individuales del TPP, incluyendo Japón, y los funcionarios de la administración dicen que buscar esos acuerdos será una prioridad este año. Pero hasta el momento, el gobierno de Shinzo Abe y otros se han negado a iniciar negociaciones sobre tales acuerdos, ya que muchos países están observando cautelosamente la postura agresiva de la administración Trump con respecto a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Canadá y México, los cuales también son miembros del TPP.
El TPP es ampliamente visto como uno de los acuerdos comerciales más ambiciosos que se han negociado, debido a los nuevos estándares que establece en cuestiones tales como los flujos de datos.
También presentará un modelo para China, estableciendo altos estándares legales para el comercio mientras abre la posibilidad de que otros países como Corea del Sur, y posiblemente incluso el Reino Unido, puedan unirse al pacto. El nuevo acuerdo ha sido rebautizado como el Acuerdo Global y Progresivo para Asociación Transpacífico, o CPTPP.
Steven Ciobo, ministro de Comercio de Australia, dijo que el nuevo acuerdo — que sirve como un conjunto general de reglas para establecer acuerdos bilaterales y separados de acceso a mercados entre los miembros — generaría grandes ganancias económicas.
“El acuerdo entregará 18 nuevos acuerdos de libre comercio entre las partes del CPTPP”, dijo. “Para Australia eso significa nuevos acuerdos comerciales con Canadá y México y un mayor acceso a los mercados de Japón, Chile, Singapur, Malasia, Vietnam y Brunéi”.
Para asegurar el acuerdo, los miembros restantes acordaron el año pasado suspender muchas de las reglas más polémicas solicitadas por el gobierno de Obama durante años de negociaciones. Entre ellas se encuentran las estrictas normas de propiedad intelectual y los elementos clave de un sistema de disputas entre inversores y Estados que había sido una de las características más controvertidas del TPP.
Canadá, que en este momento está involucrado en tensas renegociaciones del TLCAN con EEUU, se había rehusado a firmar el acuerdo CPTPP en noviembre debido a sus preocupaciones sobre las reglas con respecto a vehículos y sus industrias culturales. Sin embargo, el martes un funcionario canadiense afirmó que estos temas habían sido resueltos a través de una serie de cartas complementarias.
Lim Hng Kiang, el ministro de comercio de Singapur, le dijo a Bloomberg que una carta similar trataría con las preocupaciones de Vietnam sobre la imposición de disposiciones laborales. Las nuevas reglas sobre la conducta de las empresas estatales que eran un problema para Malasia y Brunéi quedarían congeladas, dijo.