Los países del G20, excepto EEUU, determinaron en Buenos Aires que el acuerdo de París sobre el cambio climático “es irreversible” y se comprometieron a su aplicación.
La declaración final del G20, aprobada hoy bajo el título “Construyendo consenso para un desarrollo justo y sostenible”, señala que “los signatarios del Acuerdo de París, que también se han unido al Plan de Acción de Hamburgo, reafirman que el tratado firmado en la capital francesa es irreversible y se comprometen a su plena aplicación”, conforme a sus capacidades respectivas a tenor de las diferentes circunstancias nacionales.
La declaración deja claro que EE.UU. “reitera su decisión de retirarse del Acuerdo de París y reafirma su fuerte compromiso con el crecimiento económico y el acceso y la seguridad energética, utilizando todas las fuentes de energía y tecnologías, a la vez que protege el medio ambiente”.
El G20 se compromete a continuar abordando el cambio climático y a promover a su vez el desarrollo sostenible y el desarrollo económico, según el documento.
El mismo destaca la importancia de la colaboración entre los sectores público y privado para fortalecer la gestión de riesgos, facilitar la adaptación a un entorno cambiante, proteger la biodiversidad y proporcionar respuestas efectivas para reducir los impactos del clima extremo en la agricultura.
También promete que se harán mayores esfuerzos para colaborar con el sector privado, la comunidad científica y todos las demás partes interesadas relevantes para mejorar el valor agregado, la productividad, la eficiencia y la sostenibilidad.
Al mismo tiempo, se pretende la actualización en cadenas de valor agroalimentarias globales y la promoción de iniciativas para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos.
El papel “crucial” de la energía para ayudar a dar forma a un futuro compartido también fue incluido en la declaración, en la que se alientan transiciones energéticas que combinan el crecimiento con la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero hacia productos más limpios y sistemas más flexibles y transparentes, todo ello coordinado con cooperación en eficiencia energética.
Los líderes reconocen las oportunidades para la innovación, el crecimiento y la creación de empleo a través de una mayor inversión en productos más limpios y fuentes de energía sostenibles, incluidas las energías renovables, tecnologías e infraestructuras.
Igualmente se acepta el papel de todas las fuentes de energía y tecnologías en la combinación de energía y las diferentes rutas nacionales posibles para lograr sistemas de energía más limpios bajo el término “transiciones”.
Para ello se promueve la seguridad energética, la sostenibilidad, la resiliencia, la eficiencia, la asequibilidad y la estabilidad, al tiempo que se pone de relieve la existencia de fuentes de energía variadas y avances tecnológicos para lograr un futuro bajo en emisiones.
El texto de la declaración, de seis páginas y 31 puntos, ofrece una visión de los principales temas de interés de las 20 economías desarrolladas y en desarrollo más importantes del mundo, aunque en la mayoría de los casos sin ahondar en el fondo de los problemas.
En sus 31 puntos se busca el consenso en aspectos como el cambio climático, el comercio multilateral, la igualdad de género, el trabajo justo y el desarrollo sostenible.