República Dominicana lleva años recibiendo montos récords de inversión extranjera directa (IED). El año pasado recibió US$3,570 millones, la mayor cifra registrada hasta el momento, representando el 61% de la IED en el Caribe, que en 2017 totalizó US$5,835 millones.
El crecimiento económico de República Dominicana continúa impulsando el consumo y atrayendo inversionistas para todos los sectores, principalmente al turismo, la manufactura, los servicios de exportación, el sector eléctrico y la minería.
El más reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señala que en 2017 la inversión extranjera registró un aumento de un 48% con relación a 2016, cuando el país recibió US$2,407 millones.
En la subregión del Caribe, el incremento fue de un 20%, debido a que en 2016 recibió US$4,878 millones, para una diferencia absoluta de US$957 millones.
Sin embargo, los países de América Latina y el Caribe recibieron en conjunto inversiones por un monto de US$161,673 millones durante el año pasado, un 3.6% menos que la cantidad registrada en 2016 (US$167,043 millones).
La IED de la región cayó por tercer año consecutivo, aunque a una tasa menor que en años previos, y acumuló una disminución del 19.6% respecto al máximo histórico registrado en 2011.
De acuerdo con la Cepal, la caída se debe al menor precio de los productos básicos de exportación, que ha reducido significativamente las inversiones en las industrias extractivas, además de la recesión económica de 2015 y 2016, focalizada principalmente en Brasil, pero también relevante en otras economías de América del Sur.
Sectores
El principal destino de la IED en el país es el turismo, que ha recibido en los últimos tres años unos US$700 millones anuales. “Al igual que en otros países del Caribe, la creciente demanda turística de Estados Unidos ha impulsado las inversiones en nuevos establecimientos turísticos”, indica el documento.
El sector inmobiliario fue el segundo mayor receptor, con US$546 millones. Seguido de la minería, donde el principal operador extranjero (Barrick Gold de Canadá), registró US$410 millones de entradas.
En las empresas radicadas en las zonas francas (tanto de manufacturas como de servicios de exportación) las entradas aumentaron hasta los US$263 millones, la mayor cantidad registrada hasta el momento.
El documento indica que en 2017 se produjo la compra de un 30% de la Cervecería Nacional Dominicana por parte de AB InBev, por US$927 millones. Esta transnacional, establecida en Bélgica, pero con raíces en diferentes partes del mundo, ya poseía desde 2012 el 55% de la empresa.
Exportación
En el informe de la Cepal también se analizan las manufacturas que se destinan a la exportación fuera de Centroamérica y se incluye a República Dominicana, porque ha seguido el mismo desarrollo que los países de Centroamérica en cuanto a la manufactura de exportación y porque también forma parte del tratado comercial que regula el acceso de estas manufacturas al mercado de Estados Unidos.
“No hay datos sólidos que permitan separar la inversión nacional de la extranjera en la manufactura exportadora de todos estos países, pero la evidencia parcial indica que la inversión extranjera domina claramente. En República Dominicana, por ejemplo, solo un 21% de las inversiones en zonas francas son de empresas nacionales”, explica el documento.
Destaca que muy pocas empresas de Centroamérica han aprovechado estas industrias de exportación para crecer y convertirse a su vez en transnacionales. Las más exitosas que se han convertido en transnacionales se concentran en otros sectores, como los alimentos y bebidas, la construcción o la banca.
Entre las excepciones menciona al Grupo M de República Dominicana, con presencia en Haití, y al Grupo Karim’s de Honduras, con plantas en México y Pakistán, ambas en el sector de la confección.
Caída de la IED mundial durante 2017
En 2017 se profundizaron algunas tendencias en el escenario económico mundial que han generado un clima de incertidumbre para las inversiones transfronterizas, señala la Cepal.
En particular, se confirmaron anuncios de posibles restricciones comerciales y presiones para relocalizar la producción en los países desarrollados. Al mismo tiempo, las autoridades de China han tomado medidas para restringir las salidas de inversión extranjera directa, a fin de ajustarlas al plan estratégico del país.
A estos elementos hay que sumar la expansión de las empresas digitales, que requieren una menor inversión en activos tangibles para crecer a escala internacional y que están concentradas en Estados Unidos y China, lo que disminuye la necesidad de fusiones y adquisiciones transfronterizas.
Esos aspectos explican la caída de la IED mundial en 2017, pese un contexto internacional caracterizado por un mayor crecimiento de la economía mundial (de un 3.2%), la elevada liquidez internacional, altos beneficios para las grandes empresas y optimismo en los mercados financieros.